Cultura del control

Con base en la contribución que hacen al cumplimiento de uno de los fines esenciales del Estado, y en las expectativas de sus clientes en materia de protección, las empresas de vigilancia y seguridad privadas deben generar una cultura interna de control, que les permita orientar la gestión al cumplimiento de sus objetivos. 

La cultura o ambiente de control supone que en desarrollo de su actividad, las empresas tengan en cuenta los siguientes elementos:

Protocolos éticos y de conducta de la empresa y de su personal.

Hacen referencia a las normas internas en materia de comportamiento con base en principios, valores y cumplimiento de normas constitucionales, legales, de derechos humanos y de derecho internacional humanitario.

Políticas relacionadas con el desarrollo del recurso humano.

Este elemento de control identifica el grado de compromiso de la empresa y de sus directivos, con las competencias exigidas al personal para la ejecución de su labor y con la aplicación transparente de los procesos relacionados con el personal: selección, inducción, capacitación y evaluación de desempeño.

Políticas Relacionadas con los procedimientos disciplinarios.

De igual forma deben existir políticas y procedimientos claros para los casos en que un trabajador incumpla las normas legales o empresariales, bien por omisión o por extralimitación o abuso de sus funciones, conducta que debe ser investigada, valorada y eventualmente sancionada.

Un modelo de operación.

La operación de la empresa debe basarse en los procesos o actividades que permiten el cumplimiento adecuado de su función de vigilancia y seguridad. Por la importancia de las labores que realizan, las empresas de vigilancia y seguridad privadas deben contar con procedimientos dirigidos a ejecutar sus operaciones de la forma más eficiente posible: asignación de recursos, canales de información, relaciones con sus clientes, autoridades, competidores y trabajadores.

Por la especialidad de los servicios prestados, dentro de los procedimientos internos de la empresa deben ser incluidos los relacionados con la administración y el uso del armamento: control de permisos para su uso, transporte de armas, registro de la ubicación, retiro y/o inutilización, reporte de la utilización de la fuerza y/o de las armas por parte del personal e investigación de estos incidentes.

Una estructura organizacional adecuada.

Este elemento de control supone la presencia de una estructura que relacione, en forma integral, los cargos, las funciones del personal, los niveles de autoridad y de responsabilidad.

Un proceso de identificación y valoración de los riesgos que podrían impedirle o dificultarle el cumplimiento de sus objetivos.

A través de este elemento, la empresa cuenta con una herramienta que le permite:

  • Identificar los factores tanto internos como externos, que tengan la capacidad de afectar negativamente el cumplimiento de los objetivos de la compañía.
  • Determinar las estrategias y acciones para prevenir o administrar tales riesgos, y
  • Revisar periódica y objetivamente su desempeño con el fin de
    adoptar las medidas de mejoramiento correspondientes.

¿Debe existir una cultura de control al interior de las empresas de vigilancia y seguridad privada?

Sí. La empresa de vigilancia y seguridad privada debe velar porque se cumplan los objetivos de protección para los cuales fue creada.

Esta cultura necesita normas internas de comportamiento del personal, políticas para el desarrollo del recurso humano, procesos claros, una estructura administrativa y la identificación periódica de los factores que atentan contra el cumplimiento de los objetivos para poder evitarlos o administrarlos.